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Polítiques socials

Foto Fundació Hospital

La primera dificultad la encontramos en la propia definición de lo que consideramos políticas sociales. ¿Hablamos sólo de lo que tradicionalmente consideramos competencia de los servicios sociales o abrimos el espectro? Yo soy partidario de lo segundo ya que considero que cuando, por ejemplo, promovemos la instalación de ascensores o construimos guarderías estamos haciendo políticas sociales. El conseller Nadal siempre pone como ejemplo de política social las inversiones en transporte público que permiten que una mayoría de ciudadanos puedan acceder a servicios como la educación o la sanidad.

Después de veinticinco años de democracia local podíamos creer que las grandes problemáticas sociales estaban resueltas y que la convivencia y la cohesión social estaban alcanzadas. No hay pero situaciones estables ni definitivas y los cambios que se han producido en nuestras ciudades nos obligan a actualizar las políticas para poder atender correctamente las nuevas situaciones. Me estoy refiriendo a tres problemáticas concretas y generalizadas: inmigración, envejecimiento y generalización del uso de los servicios sociales clásicos por sectores de población que hasta ahora no los utilizaban.

Se impone un trabajo transversal de todos los servicios municipales, la coordinación con otras administraciones y la especialización de los servicios sociales para atender más eficientemente la atención a la dependencia y el envejecimiento, la promoción social y los programas familiares y de infancia.

Son estas políticas las que tienen que definir y diferenciar la izquierda de la derecha. Más allá de la retórica clásica de la derecha y buscando soluciones reales para los auténticos problemas de la ciudadanía. Es en este terreno donde realmente nos jugamos la credibilidad política del socialismo. Y siempre teniendo en cuenta la rapidez de los cambios sociales y los nuevos problemas que se platearán.

Extracte de la meva intervenció aquesta tarda a la Fundación Jaime Vera